miércoles, 1 de diciembre de 2010

LA LOCA DE LA CALLE

Ayer tuve (no sé como llamarlo...¿una crisis nerviosa?... si eso es) una crisis nerviosa.

Tuve una fin de semana fuera de casa. Estuvo lindo. Pero es innegable que removió algunas cosillas por ahí. Nada terrible, nada del otro mundo. Nada que deprima o entristezca en todo caso, nada que perturbe tanto como el recibimiento que tuve en casa.

Es curioso como una sola persona (yo), carga con todos los defectos de una casa en la que viven varias personas, es dueña de todos los errores y encarna todo lo que no se debe hacer.

En fin. La crisis que me dio fue extraña, seguro quede como la loca de la S. Salí de mi casa para ir a trabaja, caminé escuchando una canción tristisima en mi Ipod y no me basto con escucharla una vez, tuve la necesidad casi casi patológica de repetirla (es ahí donde me arruine). Me trepe en la S para ir hasta la Molina a trabajar y de pronto empece a llorar, pero a llorar en serio.

Ahi estaba yo sentada, rojisima, con la cara mojada y como me habia terminado mi paquetito de Kleenex, también tenia mojada la manga de la casaca. No tuve mas opción que viajar tapándome la cara con la mano, como para que la gente piense "pobrecita, seguro esta con migraña."

Fue horrible y humillante. Estaba rodeada de gente a la que nunca había visto, gente que no me conocía y a la que por casualidad le tocó verme en ese estado tan lamentable.

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