Siempre dije que sería más feliz sola. Tendría mi trabajo y a mis amigos. Pero, ¿a alguien en tu vida todo el tiempo? Son más problemas de lo que vale la pena.
Al parecer, lo he superado.
Hay una razón por la que dije que estaría mejor sola. El pensar que sería feliz sola, no es la razón. Fue porque pensaba que si amaba a alguien y se acababa, no podría superarlo.
Es más fácil estar solo. Porque ¿si te das cuenta de que necesitas amor y no lo tienes? ¿Y si te gusta y te apoyas en él? ¿Y si moldeas tu vida alrededor suyo y luego todo se derrumba? ¿Se puede sobrevivir a esa clase de dolor?
Perder el amor es como perder un órgano dañado. Es como morir. La única diferencia es que la muerte acaba, y esto, podría durar para siempre.
No sé por qué siempre estamos posponiéndolo todo, pero si tuviera que adivinarlo diría que tiene mucho que ver con el miedo; el miedo al fracaso, el miedo al dolor, el miedo al rechazo. A veces es miedo a tomar una decisión porque... ¿Y si te equivocas y cometes un error sin solución?
Sea lo que sea lo que nos da miedo. Una cosa es cierta: Cuando el dolor de no hacer algo es más insoportable que el miedo a hacerlo, es como si lleváramos una carga pesada. Quien duda está perdido.
No podemos fingir que no nos lo dijeron. Todos hemos oído los proverbios, a los filósofos, a nuestros abuelos advirtiéndonos sobre el tiempo perdido. Hemos oído a los poetas malditos instándonos a vivir el momento. Aunque, a veces, debemos escucharnos a nosotros mismos. Debemos cometer nuestros propios errores. Debemos aprender nuestras propias lecciones. Debemos dejar las posibilidades de hoy bajo la alfombra del mañana hasta que no podamos más, hasta que comprendamos por fin que es mejor saber que preguntarse, que despertar es mejor que dormir, y que fracasar y cometer un error enorme es mucho mejor que no haberlo intentado.
Hace un par de semanas mi Ipod y yo sosteníamos una conversación mientras caminábamos de vuelta a casa después el trabajo. Nos encanta conversar, yo no hablo mucho, no digo casi nada, prefiero limitarme a parafrasear lo que mi queridísimo Ipod me susurra al oído. Decidió cantarme una canción antiquísima de Sanz, yo decidí escucharla. Pero mi neurosis no me dejo quedarme ahí, tenía que, no solo escuchar la canción, si no buscarle un sentido, entender perfectamente de que se hablaba en la canción y casi casi como si fuera una tarea escolar, relacionarla conmigo (si chata, de hecho Sanz hizo la canción pensando en ti. – no, no la hizo para mí pero hasta cierto punto, todos compartimos historias).
La canción en cuestión era "Mi primera canción". En esa canción Sanz, habla de varias mujeres. Asumo, suponiendo que esas mujeres existieron, que fueron muy importantes para él, que lo marcaron de alguna manera. Hace muchos años mi manera de relacionar esa canción conmigo, era cambiar todos los nombres de la canción por mi nombre. La canción era mas o menos así: Mi primera canción estaba hecha con los besos de Majo y mi forma de quererla, Con la sabiduría de María (este es el único nombre que jamás cambien... María o Mariajosé en este caso me daba igual) Y el recuerdo de Majito tan lánguida y sufrida. (…) Maji siempre fue un secreto nunca supe decirle a tiempo, no (…) era un verso dedicado a lo suave del pelo de Mariajo.
El caso es que, cuando la escuche el otro día decidí no ser tan ególatra, no poner mi nombre en la canción. Me di cuenta que las mujeres de Sanz en parte se parecen un poco a "mis hombres" (Jajaja…me sonó tan a Doña flor y sus dos maridos…Doña Majo y sus hombres!!!) así que me pareció divertido poner en la canción sus nombres. Quedo algo asi:
Mi primera canción estaba hecha Con los besos de K. Y mi forma de quererlo, Con la sabiduría de ……. (ahí el espacio quedo en vacio…todavía no me tocó uno muy sabio) Y el recuerdo de A. Tan lánguido y sufrido. Mi primera canción era mentira Era un trozo de la esquina Donde un día dije adiós. E, siempre fue un secreto Nunca supe decirle a tiempo, no
Para mí fue la primera La más bella melodía Por ser rosa prisionera Que al tocarla se moría Que al salirse de mi boca me besaban bien los labios, Las frases agradecidas...(no sé si frases agradecidas es el término justo, por lo menos no creo que sean muy agradecidas por parte de K y A)
Mi primera canción
Descubrí que cuando cantas Sólo estás dibujando con palabras, Era un verso dedicado A los rulos del pelo De D. Era sueño y añoranza, Era escudo y era lanza. Darlo todo pidiendo nada, Derramar en el suelo el alma. Tocar el fuego sin preguntarte Si la llama puede quemarte.
Para mí fue la primera La más bella melodía Por ser rosa prisionera Que al tocarla se moría Que al salirse de mi boca me besaban bien los labios, Las frases agradecidas... Mi primera canción
Es hora de empezar de nuevo. Es hora de plantar los pies en el suelo. Hacer sola lo que antes hacia acompañada no me da miedo, pero es algo que no quiero.
Tanta libertad, tanto tiempo libre. Tanto que aprovechar y tan pocas ganas. Si tengo algo que hacer, lo quiero hacer contigo. Si tengo algo que dar, te lo quiero dar a ti.
