El tiempo se va tan lentamente para los que esperan. Pero, ¿Se va adonde?
¿Qué hará el tiempo con nosotros? ¿Que hará con nuestro futuro?. ¿El futuro nos
traerá amor y felicidad o soledad y tristeza? ¿El futuro nos llevara por un
camino o por otro? ¿Nuestra alma logrará salvarse o será corrompida?. Luchar
por los sueños ¿Tiene sentido? ¿El futuro romperá nuestros sueños como un cristal?
¿El futuro nos cobrará nuestros crímenes o el futuro nos dará la oportunidad de
redimirnos? ¿Habrá el merecido final feliz? ¿Habrá desolación y tristeza?
¿Triunfará el bien? ¿Triunfara el mal?
El tiempo se va lentamente...¿Hacia dónde?
Sacamos fotos para congelar el tiempo, para que no se vaya, pero el tiempo
se va lentamente. Nos encantan las fotos, nos encanta el tiempo congelado. A
quién no le gustaría una foto del futuro ¿no?. El futuro que imaginamos,
nuestros deseos, son ensayos del futuro; nuestros deseos son fotos del futuro.
A veces el futuro nos hace un guiño, nos deja espiarlo, robarle una foto,
como si fuéramos paparazzis del destino. Es más fácil pensar que hay un destino
escrito, que simplemente avanzamos hacia él, pero el futuro es volátil, una
simple decisión, y todo cambia. Un error, un traspié, una acción, una omisión,
y las fotos del futuro cambian.
Las fotos del futuro son imprecisas. El pasado no se puede cambiar, el
presente esta ocurriendo, pero el futuro…el futuro cambia cada instante.
Queremos correr contra el tiempo, anticiparnos, detenerlo, pero es una perdida
de tiempo ¿no?Lo que hacemos o lo que no hacemos va moldeando el futuro. Un
segundo antes y tenies un final feliz; un segundo después y todo cambia.
El futuro es una foto que cambia constantemente. Al
futuro no se le puede sacar fotos, porque cambia todo el tiempo. Hoy tiene una
cara, mañana otra. Hoy está…y mañana no está.”