domingo, 15 de enero de 2012

SACA TU CEREZA DE MI HELADO


Ella descubrió que caminar sin compañía era mejor. Descubrió que realmente nadie se preocupa por nadie, a nadie le importa nadie. A ti tampoco te debería importar nadie; le dice el humo del cigarro que decidió prender intentando calmarse.

Hoy le importa poco matar con la boca. No mide la magnitud de sus palabras, de cualquier manera siente que habla con una pared. Seguramente esas palabras duras que vomita calen más profundo que las esas palabras bañadas en miel que se cansó de soltar, pero ya está. A veces no se logra nada, ni a las buenas ni a las malas.

Piensa tanto en esa frasecita que le soltaron no hace mucho:   "acércate a los que te ayuden a crecer y aléjate de los que te traten de bajar". En ese momento la frase le dolió. Fue como una cachetada. Hoy tiene un tinte de consejito barato.


Pero luego se pone a pensar. ¿Quién te ayuda a crecer? Al final todas las personas a las que  conoce la jalan un poco para abajo. La tiran de vez en cuando al piso. Y aun que la mayoría de las veces no le importe hoy le duele la indiferencia de otros. Le duelen las heridas las manos y las marcas de uñas en el brazo. Ésta vez está harta de atragantarse con las cerezas de los demás.